¿Qué tal has pasado el día? Hoy colgaré un fragmento de una historia que está escribiéndose, y que tardará en acabarse porque es un relato especial. Espero que te guste, ¡Y comenta!
"Doy vueltas en la cama, nerviosa. Me giro para ver la esfera
fosforescente del reloj de la mesilla: son las cuatro de la
madrugada; me quedan tres horas para levantarme. Esto es lo peor que
me podía pasar, no dormir la noche anterior a mi posible salto a la
fama. Como no consigo conciliar el sueño, me siento en el borde de
la cama y repaso todo lo necesario para el viaje: ropa, libretas,
cámara de fotos, pasaporte, dinero... No llevo mucho, sólo estaré
allí unas semana. Decido ir preparándome y me voy a dar un baño.
Allí, bajo el agua caliente y rodeada de los aromas de las sales
baño, pienso en cómo distribuiré el tiempo. Ya no queda nadie de
quien despedirme, nada que arreglar, sólo debo esperar al cámara,
ir a Barajas y coger el avión. Una vez allí, los guías harían el
resto. Tras esa ducha de veinte minutos, me seco, me pongo el
albornoz. ¿Qué hago? Me siento en el sofá y enciendo la
televisión. Sólo están esos programas del tarot, adivinos,
magos... patraña pura. Vuelvo a mirar el reloj: las cinco menos
veinte. El tiempo pasa cada vez más lento, y yo estoy completamente
lúcida. Lo intento con todo: leer, hacer crucigramas, conectarme a
las redes sociales... No consigo estar en nada más de diez minutos.
Cuando voy a revisar el equipaje por tercera vez, cojo el libro que
está encima de la mesilla de noche, junto al despertador. Es la guía
de los lugares más interesantes de Arabia Saudí. A pesar de que el
motivo de mi viaje es el trabajo, Arabia Saudí, me parece un lugar
interesante para visitar. Interesante y peligroso. Hace unos meses
que se ha conseguido mantener calma en el territorio gracias a la
policía. En verdad, las fuerzas de seguridad están más preocupadas
disipando las manifestaciones no religiosas o vigilando la vestimenta
de las mujeres, lo que por otra parte me traerá problemas. Si algún
día vas allí, no verás a una mujer con bermudas o con la cabeza al
descubierto; por esa razón, conmigo sólo viajan pantalones largos y
fulares. Por otra parte, este país está a punto de convertirse en
el más importante del mundo. En él, va a tener lugar el
acontecimiento más importante del siglo: la apertura del W.C.D.S.
(World City of Development and Science). Es la ciudad de la cultura
mundial, ha costado ochocientos mil millones de riyales y su
principal objetivo es fomentar el espíritu científico. Ha sido
construida en pleno centro del país, en una región llamada Casim,
anteriormente exportadora mundial de higos. Y digo anteriormente
porque ahora mismo, no queda ni un solo árbol en esa ciudad, ni una
sola casa, ni un sólo vestigio de lo que fuera esa modesta región.
No hace falta mucho para imaginar una rebelión, ¿verdad? Todos los
habitantes de aquel lugar se habían concentrado durante meses en
manifestaciones en las que la violencia era la principal anfitriona.
Pero esto no se cuenta en la televisión, ni en los periódicos...
eso no interesa. Todo me lo dice mi tia, que fue destinada a una
ciudad próxima a Casim y que lo ha vivido en primera persona. Pero
ya va siendo hora de que lo sepa todo de primera mano. Que lo sepa y
que lo cuente, eso sí, con la mayor veracidad posible. Y es que me
encamino a esa ciudad árabe para realizar el primer documental
acerca del W.C.D.S. Los nervios están a flor de piel, así que
decido dejar de pensar en la inminente partida. No voy a repasar mis
frases y no voy a revisar otra vez mi maleta. Me levanto del suelo y
me dirijo a la terraza de la habitación. Nada más abrir la puerta,
una suave brisa nocturna revuelve con gracia mi pelo aún mojado.
Hace frío, pero es un agradable. Camino hacia la balaustrada,
descalza, impregnándome de mi “Ciudad de Cristal”. Me apoyo en
la barandilla de piedra y observo las calles: Madrid aún está
dormida. De vez en cuando pasa algún coche solitario que anda medio
perdido por las calles adoquinadas, pero por el resto, mi ciudad está
desierta... Mi ciudad, la que me ha visto crecer, la que me ha visto
vivir; la que me ha oído caminar por ella durante la noche... la
ciudad a la que voy a echar más de menos que a nada. Sé que no
tengo por qué estar tan nerviosa ya que he realizado muchos viajes
de este tipo: a Estados Unidos, Rusia, Mozambique... Pero este viaje
es diferente, tiene algo que me inquieta. Puede ser porque Asia es el
único continente que no he visitado todavía, por la importancia de
la noticia... Respiro el aire gélido de la madrugada y ,echando una
última mirada a los rascacielos, entro de nuevo en la habitación.
Ahora sí, ha llegado el momento."