miércoles, 31 de octubre de 2012

W.C.D.S.

Querido lector:
 ¿Qué tal has pasado el día? Hoy colgaré un fragmento de una historia que está escribiéndose, y que tardará en acabarse porque es un relato especial. Espero que te guste, ¡Y comenta!


 "Doy vueltas en la cama, nerviosa. Me giro para ver la esfera fosforescente del reloj de la mesilla: son las cuatro de la madrugada; me quedan tres horas para levantarme. Esto es lo peor que me podía pasar, no dormir la noche anterior a mi posible salto a la fama. Como no consigo conciliar el sueño, me siento en el borde de la cama y repaso todo lo necesario para el viaje: ropa, libretas, cámara de fotos, pasaporte, dinero... No llevo mucho, sólo estaré allí unas semana. Decido ir preparándome y me voy a dar un baño. Allí, bajo el agua caliente y rodeada de los aromas de las sales baño, pienso en cómo distribuiré el tiempo. Ya no queda nadie de quien despedirme, nada que arreglar, sólo debo esperar al cámara, ir a Barajas y coger el avión. Una vez allí, los guías harían el resto. Tras esa ducha de veinte minutos, me seco, me pongo el albornoz. ¿Qué hago? Me siento en el sofá y enciendo la televisión. Sólo están esos programas del tarot, adivinos, magos... patraña pura. Vuelvo a mirar el reloj: las cinco menos veinte. El tiempo pasa cada vez más lento, y yo estoy completamente lúcida. Lo intento con todo: leer, hacer crucigramas, conectarme a las redes sociales... No consigo estar en nada más de diez minutos. Cuando voy a revisar el equipaje por tercera vez, cojo el libro que está encima de la mesilla de noche, junto al despertador. Es la guía de los lugares más interesantes de Arabia Saudí. A pesar de que el motivo de mi viaje es el trabajo, Arabia Saudí, me parece un lugar interesante para visitar. Interesante y peligroso. Hace unos meses que se ha conseguido mantener calma en el territorio gracias a la policía. En verdad, las fuerzas de seguridad están más preocupadas disipando las manifestaciones no religiosas o vigilando la vestimenta de las mujeres, lo que por otra parte me traerá problemas. Si algún día vas allí, no verás a una mujer con bermudas o con la cabeza al descubierto; por esa razón, conmigo sólo viajan pantalones largos y fulares. Por otra parte, este país está a punto de convertirse en el más importante del mundo. En él, va a tener lugar el acontecimiento más importante del siglo: la apertura del W.C.D.S. (World City of Development and Science). Es la ciudad de la cultura mundial, ha costado ochocientos mil millones de riyales y su principal objetivo es fomentar el espíritu científico. Ha sido construida en pleno centro del país, en una región llamada Casim, anteriormente exportadora mundial de higos. Y digo anteriormente porque ahora mismo, no queda ni un solo árbol en esa ciudad, ni una sola casa, ni un sólo vestigio de lo que fuera esa modesta región. No hace falta mucho para imaginar una rebelión, ¿verdad? Todos los habitantes de aquel lugar se habían concentrado durante meses en manifestaciones en las que la violencia era la principal anfitriona. Pero esto no se cuenta en la televisión, ni en los periódicos... eso no interesa. Todo me lo dice mi tia, que fue destinada a una ciudad próxima a Casim y que lo ha vivido en primera persona. Pero ya va siendo hora de que lo sepa todo de primera mano. Que lo sepa y que lo cuente, eso sí, con la mayor veracidad posible. Y es que me encamino a esa ciudad árabe para realizar el primer documental acerca del W.C.D.S. Los nervios están a flor de piel, así que decido dejar de pensar en la inminente partida. No voy a repasar mis frases y no voy a revisar otra vez mi maleta. Me levanto del suelo y me dirijo a la terraza de la habitación. Nada más abrir la puerta, una suave brisa nocturna revuelve con gracia mi pelo aún mojado. Hace frío, pero es un agradable. Camino hacia la balaustrada, descalza, impregnándome de mi “Ciudad de Cristal”. Me apoyo en la barandilla de piedra y observo las calles: Madrid aún está dormida. De vez en cuando pasa algún coche solitario que anda medio perdido por las calles adoquinadas, pero por el resto, mi ciudad está desierta... Mi ciudad, la que me ha visto crecer, la que me ha visto vivir; la que me ha oído caminar por ella durante la noche... la ciudad a la que voy a echar más de menos que a nada. Sé que no tengo por qué estar tan nerviosa ya que he realizado muchos viajes de este tipo: a Estados Unidos, Rusia, Mozambique... Pero este viaje es diferente, tiene algo que me inquieta. Puede ser porque Asia es el único continente que no he visitado todavía, por la importancia de la noticia... Respiro el aire gélido de la madrugada y ,echando una última mirada a los rascacielos, entro de nuevo en la habitación. Ahora sí, ha llegado el momento."